Este año, la cosa no empezaba muy bien dado que hace un par de meses, nos dejó, Ricardo, un amigo del alma que era un ávido seguidor de los premios del hombre de la estatuilla dorada. Eso, hizo que ya mis ganas para ver la ceremonia mientras iba aproximándose el día disminuyesen con los Globos de Oro entre medias. El día que salieron las nominaciones, las vi aburridas y sin enjundia, pensando que los Weinstein caían una vez más en sus mismos y aburridos clichés. No me decían absolutamente nada.
Os voy a ser franca, yo siempre veía la ceremonia porque me divertía ir comentándola en vivo o al día siguiente con mi amigo. Es lo que me daba la vida y sentido a toda esa parafernalia porque siempre me chiflaba ir al cine con el a ver las pelis nominadas cuando se estrenaban yendo los viernes a sesión de cuatro de la tarde con su posterior critica tomándonos un refrigerio. No dejábamos títere con cabeza!
Sin el como que me he aburrido de ir teniendo vistas las películas para ver la ceremonia. Este año, ni más ni menos, me dejado tres o cuatro en el tintero... y eso ya era una señal clara de mi apatía sobre el tema.
De lo único que me alegro es que haya ganado nuestra querida Cate Blanchett por Blue Jasmine y Alfonso Cuarón por Gravity. Las demás ganadoras no creo que hubiesen sido de su agrado máximo dado que una vez más no ha ganado Leonardo DiCaprio, ese Oscar que se lo tenía bien merecido. Pero bueno en resumidas cuentas, esto me ha hecho recapacitar de que me he hecho mayor y que por primera vez he preferido dormir mis ocho horas que el que me hayan tenido en vela estos fuegos artificiales que, sin Ricardo, no tienen ya razón de ser para mi.